¿No sabes si actualizar, rediseñar o reconstruir tu sitio web desde cero?
A menudo acuden clientes solicitando un rediseño de su sitio web, cuando tal vez lo que necesitan es un “lavado de cara”, una mera actualización visual o, en el caso extremo, una reconstrucción completa desde cero.
¿CÓMO DETERMINAR LA OPCIÓN MÁS ADECUADA?
Esta cuestión no es fácil de responder y dependerá de cada caso. Pero vayamos por partes y definamos primero los conceptos para así entender mejor sus diferencias e implicaciones:
- Actualizar: implica la menor cantidad de cambios de las tres opciones. Por lo general, supone una serie de cambios menores, como pueden ser colores, tipografías, destacar un nuevo contenido, añadir una llamada a la acción en alguna página, etc. La idea es mantener la base del sitio web conservando el código y la funcionalidad.
- Rediseñar: cambiará la apariencia y la estructura del sitio, pero no supondrá cambios en el gestor de contenidos (CMS) o, como mucho, cambios menores. El objetivo que se persigue es el de presentar un aspecto más moderno y renovado. Los cambios en cuanto al código que se puedan producir estarán centrados en la parte pública y no en el ‘backend’.
- Reconstruir: supone agregar nuevas características y eliminar aquellas que no sean necesarias. Van más allá del rediseño, ya que abarca desde la revisión completa del contenido y reorganización del sitio para que sea más usable hasta aspectos mucho más técnicos, ya que implica cambiar funcionalidades y código. Es recomendable cuando la base del código y/o el gestor de contenidos están obsoletos, presentan errores, y resulta difícil trabajar y actualizar el contenido.
Por tanto, en líneas generales:
Deberías plantearte una actualización si…
… has realizado un cambio de logotipo o de la línea gráfica de la marca y necesitas una serie de ajustes para adaptar la web a estos nuevos estándares para mantener la coherencia.
… realizaste ya un rediseño del sitio web hace un par de años y ahora simplemente deseas mejorar un poco el aspecto.
… quieres mejorar el índice de conversión, dar más fuerza a ciertos elementos y reducir la tasa de rebote.
… tu sitio no está adaptado a los distintos dispositivos (no es ‘responsivo’ ó “adaptable”) o presenta algunas carencias de compatibilidad con ciertos navegadores. En este punto hay que tener muy en cuenta que, dependiendo de cómo esté maquetado y codificado el sitio, este cambio podría necesitar un rediseño completo en lugar de una actualización.
Deberías plantearte un rediseño si…
… el diseño de la web se ha quedado anticuado.
… el contenido está desfasado.
… no se ve bien en todos los navegadores.
… no se adapta a todos los dispositivos.
… el porcentaje de conversión es muy bajo.
… no es muy usable para los visitantes del sitio.
… el negocio crece, pero la web no.
… el objetivo o propósito del sitio web ha cambiado.
… tu sitio no está bien posicionado en buscadores. Ten en cuenta, que según como esté codificado el sitio, tal vez el esfuerzo de optimización sea elevado y haya que decantarse por reconstruirlo completamente.
Deberías plantearte una reconstrucción si…
… se siente limitado y frustrado por las limitaciones de edición de sus gestor de contenidos y necesita añadirle nuevas funcionalidades.
… el gestor de contenidos ha quedado obsoleto o se quiere cambiar.
… el lenguaje de programación está desactualizado o hay que cambiar de lenguaje por el CMS elegido.
… tu sitio presenta bajo rendimiento, errores de base, código poco optimizado.
Algunas consideraciones a tener en cuenta
- Presupuesto: una actualización es siempre menos costosa en términos económicos que un rediseño o que una reconstrucción completa del sitio web. De todas formas, ten presente que si te decantas por esta opción por alargar la vida de tu web cuando lo mejor hubiera sido un rediseño o una reconstrucción, te saldrá más caro a largo plazo.
- Tiempo: un rediseño y, sobre todo, una reconstrucción, requiere más tiempo y esfuerzo de dedicación, tanto por los responsables del desarrollo como por tu parte. Si no vas a disponer de mucho tiempo, puede ser una buena opción actualizar y, más adelante, cuando dispongas del tiempo necesario, abordar el rediseño. Según las circunstancias, también resulta muy interesante dividir en fases el proceso de rediseño, en lugar de realizar todos los cambios de golpe. Pero esto debería responder siempre a una estrategia pensada y no al puro azar.
CONCLUSIÓN
Como puedes observar, decantarse por una opción u otra no es sencillo y la decisión debe tomarse fruto del análisis pormenorizado, tanto de las características que rodean a tu sitio web como de los objetivos que pretendes conseguir. Por esta razón, te recomendamos que consultes con profesionales que puedan realizar un diagnóstico acertado y ofrecerte la solución más ajustada a tu situación y necesidades.